SAN ANTON

Lo reconozco, nunca había estado en la plaza Santa Clara para bendecir un animal, quizás por miedo a que me confundieran con uno y me tiraran el agua bendita a mi por encima, el caso es que este año me acerque y vi el ambiente que da para mucho, primero almuerzo pan longaniza y vino, después llegue yo, claro, y poco a poco se iban acercando dueños de mascotas, con sus gatos, perros, tortugas, hámsters, y caballos que realmente se llevan todas las miradas de los allí reunidos, al que seguro le hizo menos gracia fue al que tubo que limpiar la plaza después de que pasara por allí la caballería, ataviados normalmente había uno que destacaba sobre los demás, salido de un spaghetti western, con su sombrero, su abrigo y sus botas. Y luego en mayoría, los canidos, grandes como mastines y pequeños como el Yorkshire Terrier todos lucían orgullosos junto a sus dueños, algunos mas alborotadores y otros con el rabo entre las piernas entre tanto personal, pero lo que realmente me llama la atención, es los complementos con los que visten a los pobres perros, una cosa es que los laven y los peinen, un perro limpio dentro de casa es fundamental, pero de eso a colocarles esas chaquetas tan monas, de colores, con las formas de los esqueletos de un perro, de fibra o de lana, para que no pasen frió, que me pregunto ¿para que tendrá pelo el perro? Es algo que no llegaré a entender.