DOS ESPECTACULOS

¿por qué no me vale la ropa de Breska?
Para mi que mi cuerpo debe estar mal hecho, me pruebo una cazadora de mi talla y si la cierro la rompo, pero que tampoco tengo las espaldas de un espartano, por que con una mas grande parezco Don Pimpon, nada pues voy a por los pantalones, coño pero si te los tendrían que dejar probar con vaselina, miro la talla, ja claro con la Navidad y sin la faja pues, pues eso que una vez intentara ponérmelo, no me circulaba la sangre por las piernas, ni que fuera Roberto Carlos, nada una talla mas, me entran si pero de cintura igual entra otro, que me agacho a atar los cordones y enseño el cañón de colorado. Decidido, que mi cuerpo no esta preparado para esta ropa, para una vez que quiero hacerme el moderno. Para compensar, me voy a ver el concierto de Strauss y me doy cuenta de lo provincianos que somos, espectacular el concierto, y la organización, pese a que el trío de percusión parecía que estuvieron el Valero de vinos y al Director se el fue la mano con del Vodka estuvo realmente bien mas aún cuando no estamos acostumbrados a estas cosas y se nos nota, era día de sacar el conejo del armario, pasar por la peluquería e ir al teatro como si estubieramos en Gran Vía, la gente no sabe que los asientos van numerados y montan unos pollos por no sentarse donde les corresponde, móviles sonando y seguir el compás de la música con el abanico no es propio de este tipo de conciertos, coger la silla e irse a otro lado parece surrealista, comentarle a tu amiga, que tu hija no esta embarazada del tipo ese, no tengo por que saberlo, váyanse a la granja Anita para cotorrear, y si el espectáculo empieza a las 20.30 no lleguen a menos 20 que solo hacen que estorbar. Y es que nos queda mucho por aprender.