LA CARTUJA DE LAS FUENTES

No se como expresar el sentir al ver un monumento histórico como el de la Cartuja de las Fuentes, no sabría decir si admiración, pena, rabia.
Para los que no habéis visitado este lugar, La ermita de la cartuja de la fuentes, se sitúa en pleno corazón de los Monegos, entre pueblos como Lanaja, Orillena, Poleñino o Bujaraloz.
Este antiguo monasterio que se comenzó a construir hacia 1717, hoy en día esta dejado de la mano de dios, y de las autoridades pertinentes como el Gobierno de Aragón, la Diputación o incluso el Estado, puesto que presenta un estado lamentable para la cantidad de riqueza pictórica que posee. Al entrar en las estancias de la cartuja, podemos ver la majestuosidad de este monasterio, pero poco a poco nos damos cuenta de la dejadez con la que esta conservada, los lugareños hablan que puesto que estaba en manos privadas, de una familia rica de la zona, no invertían en su mejora, y que mas bien era empleada como almacén de grano o paridera de animales, caminando ya por dentro de sus murallas, nos damos cuento que sus edificios laterales, no están precisamente bien conservados, pero al entrar en el edifico principal es cuando te das cuenta realmente de cual es su estado real.
Al pasar por el portalón de acceso a la iglesia, la entrada sucia y dejada, una vez en el interior, hay dos personas que te informan muy amablemente de las estancias, y las obras que tienen, incluso te acompañan para una explicación mas profunda.
La primera parte que se visita es su iglesia, donde una vez al año se dejaba que las gentes de los alrededores acudieran en romería, sillas viejas de madera, un suelo levantado y las pinturas de las paredes totalmente deterioradas por el efecto de la humedad, las cúpulas están mucho mejor conservadas, con colores muy vivos y escenas religiosas, un muro a la izquierda separaba una zona para que no juntar a los monjes con las demás personas, allí el estado de conservación es mucho peor.
Por una pequeña puerta a la derecha se accede a diferentes capillas o celdas con todas sus paredes y sus techos pintados, pero como lo anterior en algunos casos en un pésimo estado por culpa de la humedad o por el vandalismo.
La visita a este lugar merece la pena, pero hay que ir concienciado de lo que nos vamos a encontrar, pese a esto unas 250 obras pintadas por Fray Manuel Bayeu y Subias cuñado de Goya son un reclamo para acercarse a este lugar pero también deberían ser un aliciente para que el Estado invirtiera fuertemente en la restauración y conservación de este lugar, ya que en pocos lugares de la provincia se puede ver tal cantidad y calidad de pinturas mas aun cuando esta realizadas sobre las mismas paredes.