LA TABERNA DE MOE

Fin de semana que con la apoteosis del sábado noche dio mucho de si, hay que decir que salir salir tampoco es que saliera mucho, quizás mas en el tiempo que en el espacio, me explicare, después de la cena del sábado noche, inspirada como no en el concurso de tapas y como la situación se prestaba a ello, pues había que dar una vuelta, para dejarnos ver mas que nada, lo que ocurre es que el salir lo resumimos a entrar en la tercera dimensión que supone la Taberna de Moe, y permanecer allí hasta la hora de cierre, donde una retirada a tiempo es una victoria.
Digo que es entrar en otra dimensión por no he sido capaz de encontrar por muchas veces que haya estado, el canon por el que se rigen para poner la música, no soy capaz de encontrar esa línea que distingue a los bares por la música que pinchan.
De todos es conocido el estilo inconfundible del Flow, el sonido metálico del Arkanos, la música actual del Cubitos influenciada por sus clientes, la salsa en la Farga de Cristofol, música muy de los 80 y 90 en el Pentagrama, y así podemos ir recorriendo los bares Huesca, hasta que llegamos al Moe, he de decir, que cuando voy no me encuentro a disgusto, la compañía en estos casos hace mucho, y la capacidad del local invita a poder desplazarse de una a otra punta para cambiar de conversación, pero cuando te plantas detenidamente a escuchar los ritmos que salen de su equipo musical te queda la duda de saber si los discos los ponen según los van pillando o es que realmente los quieren poner así. Raffaella Carra, Manolo Escobar, El Puma, Bertin Osborne, Rocío Durcal, se entremezclan con Paulina Rubio, Kylie Minogue, Los Rodríguez, U2, realizando un cocktel de estilos y ritmos tan dispares que quizás así es capaz de congregar a gente tan dispar dentro del bar.
Es indiscutible la gran acogida que tiene y quizás en esta mezcla de estilos radique su éxito donde puedes encontrar juntos y en algunos casos revueltos, a jóvenes promesas de la política Oscense, con nuevos agricultores, veteranas madres de familia con mas capas de pintura en la cara que las viejas pancartas de las Peñas, jovencitas que comienzan su primera trashumancia, conocidas gentes de la noche Oscense, y nuevas promesas del deporte, adinerados empresarios y eternos estudiantes, pelos largos y cortos, cazadoras de piel y americanas, minifaldas con tacones y bombachos y chirucas, todos los estilos tiene cabida en este lugar, sin que nadie se sienta incomodo con su vecino. Huesca es así y .