PEATON ARREPENTIDO

Después de leer la esta carta en el Diario, solo tengo una cosa que decir.
Un 10 a este hombre, que sabe reconocer sus errores y es capaz de pedir disculpas públicamente, pero también por que enseña el problema de los peatones y de los conductores que para todos hay.
Cuantos deberiamos aprender de él y de su conducta.
Andaba el otro día yo por las calles de Huesca pensando en lo del señor jubilado agredido por los adolescentes a los que recriminó orinar contra un coche y sobre aquello de "para educar a un niño hace falta toda una tribu". Cavilaba sobre cómo el ayuntamiento iba a reaccionar ante tal hecho, acerca del respeto a la gente mayor y sobre la manera como iba a felicitar a través de estas líneas a los padres de las criaturas, cuando, de repente, al cruzar un paso de cebra, un coche hace el amago de atropellarme, me pita y encima veo a su conductor vociferando desde el interior.
Me puse como un energúmeno ante lo que consideraba otra demostración de incivismo como la que ocupaba mis pensamientos en aquellos momentos. Por su parte, el conductor, un hombre mayor que se había parado para no embestirme, ante mi cabreo reaccionó, reduciendo su queja y continuando su camino.
No fue hasta pasados unos momentos que supe que esa calle tenía un semáforo, y que era yo quien había cruzado en rojo.
Debo agradecer a los viandantes que por allí pasaban (un señor y una señora, creo) que me sacaran de mi ignorancia y felicitarles en los tiempos que corren en Huesca por atreverse a decirle algo a un energúmeno (yo).
Por lo que respecta al señor que conducía, como ya no tuve tiempo para disculparme, aprovecho para hacerlo ahora: Al señor del coche verde que el martes, 3 de marzo, giraba por la calle Miguel Servet a las 12,45 (más o menos), le pido humildemente disculpas. Estoy avergonzado.
Usted tenía toda la razón de pedirle a un ciudadano que cruzara cuando le tocara y yo ninguna de abroncarle.
Qué paradoja tan incómoda haber encarnado en mi propia persona justo al mezquino y al incívico violento que tenía en mente denunciar.
No siempre hay que dar caña al conductor, al motorista o al ciclista, los peatones también tenemos que aprender.
El peatón, por su condición, es el que mejor y mas movilidad tiene por la ciudad, pero esto le lleva a asumir riesgos y situaciones que en algunos casos pueden llevar a un atropello o a un buen susto a mas de un conductor, el peatón en Huesca tiene la costumbre de cruzar por donde le viene en gana, en diagonal y a ritmo cansino, para ver el escaparate de la acera de enfrente, pese a tener un paso de cebra a apenas 10 metros. Te salen de entre los coches o detrás de alguna furgoneta, mamas que enseñan el carro para cruzar y poder ver si vienen coches, jubilados que cruzan sin apenas haber mirado antes.
Hay que parar en los pasos de cebra, si, pero si vas caminando también hay que utilizarlos y mirar antes de pisar el asfalto.