TAXISTAS

Hoy voy a hablar de los taxistas, afamados profesionales del volante que merecen todo nuestro respeto y admiración.
Desde que una vez al elevar la mano para parar un taxi en Capital city este después de parar arranco subitamente al ver que mi compañero llevaba falda y coletas mi concepto de los taxistas cambio.
Experiencias en Londres donde pretendía pasar por donde no había sitio, París donde Apu mas 5 ocupantes zigzagueaba por los arcenes y calles mientras que su compañero de profesión, Soriano de nacimiento circulaba con sus luces fundidas por las autopistas Francesas.
Los taxistas una raza diferente, incluso en una pequeña ciudad como la nuestra, al darles la licencia, les deben de inyectar un gen distinto al resto de la población mundial, aquí donde los taxistas conducen con el dedo índice de su mano izquierda extendido para a la vez que giran el volante se produzca el milagro de la intermitencia, donde las normas de circulación son distintas para ellos y donde los giros están todos permitidos en cualquier punto de la calle. El taxista cuando sale de un "aparcamiento" sale y punto, frente a la Granja Anita, quien no es el que ha visto a un taxista salir girar hacia San José de Calasanz casi circulando en contra de todos los que por la plaza Navarra llegan, circulan, giran, y paran donde bien les viene, y los semáforos para ellos son luces de colores, ¡si no me ven y no viene nadie allá que voy! Hasta que llego yo y casi me como a uno mientras se saltaba un semáforo en Ramón y Cajal.
La mayoría de nosotros somos respetuosos con ellos y si nos tapan el paso un momento esperamos sabiendo que están trabajando, son seres pacientes que solo necesitan un nanosegundo desde que el semáforo se pone en verde y te pitan para que comiences la marcha, pero hay que ser pacientes, el taxista y su juramento hipocrático le impide desvelar los clientes que ha llevado a al "tu y yo" , al "maniquíes", a la "4 4 " o al kafka industrial, por eso somos tan pacientes con ellos, por que sabemos que en un momento dado nos pueden ayudar a llegar a casa después de una noche gloriosa, después de beberte el agua de los floreros en una boda y fornicar en los baños de la discoteca con una de las amigas de la novia, nos llevaran a casa sin que les importe todas las barbaridades que les puedes llegar a decir en el camino de regreso . Por que el taxista lo es por que le gusta conducir.